El reloj ya está en marcha y el tiempo corre en tu contra. Pronto ocurrirá un evento decisivo que cambiará tu vida.

Sin otra cosa que mirar el reloj, serás incapaz de mantener la compostura. Día a día, esperando su llegada. Y haces bien temiendo que esto suceda. Es un miedo innecesario, injustificado, primario... y aún así, estarás ansioso por experimentarlo.

Esta espera afectará a tu rutina, a tus relaciones, a tu vida...

¿Quieres jugar? Apúntate a esta visita teatralizada de misterio e intriga. Tic-tac, tic-tac...